El 2 de julio, día de Santa Isabel, se baila en Zumarraga la Ezpatadantza en la ermita de Santa María de Zumárraga, más conocida por “La Antigua”. Esta, fue en sus orígenes la parroquia de esa villa, ahora asentada en las orillas del Urola.
El templo, que data posiblemente de los siglos XII-XIII, es de planta rectangular y tiene en sus muros grandes sillares de arenisca.
La leyenda cuenta que para la construcción de esa iglesia se contó con los bloques de piedra que arrojaban los “gentiles” (gigantes) desde la Sierra de Aitzkorri.
Este relato, además de explicar el origen de la antigua parroquia, también explica, a su manera, la procedencia de los enormes sillares de arenisca de los muros del edificio, piedras de origen totalmente extraño a la naturaleza geológica del terreno.
Así
lo señalaba Luis Pedro Peña Santiago, viajero y gran conocedor de la montaña
vasca, etnólogo y escritor que recogió leyendas y tradiciones populares en su libro “Leyendas y tradiciones populares del País Vasco”, Txertoa Ed 1989